En este artículo veremos uno de los puntos más importantes del Sistema de Diseño Humano: Los Nueve Centros. Muchas personas hablan (erróneamente) de los nueve centros como puntos energéticos, pero esto realmente no es correcto, ya que no todos los centros son energéticos. Desde mi punto de vista sería más correcto hablar de los nueve centros como “representantes” de los diferentes aspectos de la experiencia humana: las emociones, la voluntad, la identidad, la comunicación, la intuición, la forma de pensar etc.; y la consistencia o inconsistencia de estos aspectos dependiendo de si el centro está definido (coloreado) o sin definir (en blanco).
El ser humano de nueve centros es relativamente reciente. En 1781 tuvo lugar una mutación que hizo que pasáramos de ser seres de siete centros a los seres de nueve centros que somos hoy. Actualmente habitamos un vehículo moderno, pero nuestra mentalidad sigue siendo antigua, debido al poco tiempo que ha pasado desde que tuvo lugar esta mutación. Y este, precisamente, es el foco principal de los problemas del Ser Humano actual, ya que sigue atrapado en la forma de actuar del ser de siete centros, que estaba muy orientado a la mente y a las decisiones mentales. Esto era lo natural para esos vehículos antiguos, pero ya no lo es para el ser de nueve centros que somos hoy, cuyas decisiones nunca deberían estar determinadas por la mente.
Si tienes tu Carta de Diseño Humano (a mano) te invito a que observes cómo son los diferentes aspectos de tu experiencia humana, a través de este viaje introductorio a los nueve centros.
Recuerda, los centros pueden estar definidos (coloreados) o sin definir (en blanco), esto nos habla de la consistencia o inconsistencia de la temática de ese centro. Si está definido, la temática de ese centro es consistente, para bien o para mal. Si está sin definir, hay una inconsistencia en esa temática y siempre estará condicionado por el mundo exterior. Un centro en blanco esconde el potencial de aprendizaje y sabiduría de esa temática a lo largo de la vida de un ser humano.
(Si quieres saber más sobre cuál es la diferencia entre un centro definido o sin definir pincha en el siguiente enlace:
Empezamos por los centros de presión. Vivimos en un sandwich de presión, la presión para moverte: Centro Raíz y la presión para pensar: Centro de la Cabeza.
CENTRO RAÍZ: Este es un centro motor y de presión física; aquí se procesa el estrés momentáneo necesario para movernos, que puede convertirse en una vida estresada cuando nos dejamos llevar por nuestra mente, sobre todo si tienes el centro sin definir, en el que tu día a día se puede convertir en ir con prisa haciendo las cosas a prisa para quitarte la presión de encima.
CENTRO DE LA CABEZA: Aquí tenemos la presión para pensar: hacernos preguntas, entender, querer saber o hallarle sentido al mundo que nos rodea. El 70% de la población tiene este centro sin definir, es decir, que siete de cada diez personas están condicionadas por la presión para pensar de una determinada manera. Esto explica cómo impacta el mundo en nosotros, por ejemplo, las redes sociales y cómo nos condicionan para bien y para mal.
Siguiendo con nuestro viaje por los centros, vamos a ver ahora los tres centros de consciencia. Existen tres sitios distintos en los que procesamos el miedo, la ansiedad y el nerviosismo.
Muchas personas piensan que pueden llegar a ser más conscientes, como si esto fuera una cuestión de voluntad. Querer ser más consciente es como si un piano quisiera ser más piano de lo que ya es. Cuerpo, Mente y Espíritu conforman la experiencia humana de manera inseparable, pero se procesan en centros distintos dentro del cuerpo gráfico.
CENTRO DEL BAZO: Es el primer centro de consciencia y más antiguo del ser humano. Aquí procesamos el miedo que está conectado con la supervivencia: esa consciencia que apoya nuestra supervivencia a través del instinto, la intuición o la tensión-relajación momento a momento.
CENTRO AJNA: Nuestra consciencia mental y autorreflexiva que nos convierte en “seres inteligentes”: nuestras certezas mentales, lo que creemos, pensamos, entendemos o sabemos. Aquí procesamos la ansiedad mental. El Centro Ajna está conectado al resto del cuerpo a través de las glándulas pituitarias, esta es la razón por la que podemos percibir todo lo que ocurre en nuestro cuerpo como parte de nuestra mente.
CENTRO DEL PLEXO SOLAR: Esta es la consciencia más novedosa que tenemos y que todavía no funciona como un centro de consciencia a pleno rendimiento. Es la consciencia del espíritu, aunque, hoy por hoy actúa más como un motor que procesa el amplio abanico de emociones humanas, y toda la confusión y nerviosismo que le acompañan.
Seguimos ahora por los cuatro centros motores. Hay que hacer una puntualización, ya que el Centro Raíz tiene una doble función: es un centro de presión y un centro motor, al igual que el Centro del Plexo Solar que es un centro de consciencia (en transición) y un centro motor.
CENTRO DEL EGO: Cuando hablamos en Diseño Humano de Ego, no nos referimos al Ego psicológico que todos conocemos. El Ego es una estructura biológica, un motor conectado con la voluntad, el compromiso, el egoísmo o la generosidad. Es un centro puramente material y procesa la mecánica con la que te desenvuelves en el mundo material en el que vivimos.
CENTRO SACRAL: Es el único de los centros que define una tipología. Si lo tienes definido sabes que eres del tipo Generador. Es el centro de la vida. Aquí está nuestra disponibilidad para hacer, construir, y también nuestra disponibilidad sexual. Es un centro que funciona en respuesta. Los generadores responden a la vida en función de su disponibilidad momento a momento.
Dejamos los motores atrás y nos dirigimos ahora al Centro G y al Centro de la Garganta.
CENTRO G: Es el centro del amor, la identidad y la dirección en la vida. Este centro nos mantiene en la ilusión de separación en la que vivimos. La dualidad del esto y el aquello que nos hace perder de vista que todo está interconectado, y a la vez, nos permite tener una experiencia de vida diferenciada del resto.
CENTRO DE LA GARGANTA: Todos los caminos llevan a Roma y todos los caminos en el cuerpo gráfico nos llevan a la Garganta. La Garganta es el centro de expresión, comunicación y movimiento. Es nuestra conexión con el mundo exterior, a través del cuál expresamos lo que somos, para bien y para mal, y cómo somos vistos ahí fuera.
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